La motivación no siempre está, ¡pero la disciplina sí! Cómo mantenerte constante cuando te falta energía - Felipe Buitrago

Felipe Buitrago

La motivación no siempre está, ¡pero la disciplina sí! Cómo mantenerte constante cuando te falta energía

Hay días en los que simplemente no tienes ganas de hacer nada. El entusiasmo no aparece, la motivación se esconde, y aunque tengas mil cosas por hacer, la energía parece haberse evaporado. ¿Te suena familiar? Aquí es donde entra en juego una de las herramientas más poderosas que existen: la disciplina.

La motivación es algo que viene y va. Un día te despiertas listo para conquistar el mundo, y al día siguiente apenas puedes levantarte de la cama. Pero la disciplina, esa es la constante que te mantiene en movimiento, incluso cuando todo parece en tu contra. Es como el motor que sigue funcionando aunque el tanque de motivación esté vacío.

Primero, acepta que no siempre estarás motivado, y eso está bien. De hecho, según una encuesta de la Universidad de California, hasta el 85% de las personas admiten que a menudo carecen de motivación para completar tareas, pero los más exitosos son aquellos que siguen adelante a pesar de ello.

La clave está en establecer hábitos. La disciplina se construye a través de pequeños hábitos diarios. No necesitas hacer todo de golpe, pero sí mantener una rutina que, con el tiempo, se convierta en automática. Por ejemplo, si te cuesta concentrarte en el trabajo, empieza con bloques de tiempo cortos y consistentes, y aumenta gradualmente. Así, sin importar si estás motivado o no, ya tienes un sistema que te mantiene constante.

También es importante tener claras tus metas. La motivación puede fluctuar, pero la disciplina se alimenta de la claridad. ¿Por qué estás haciendo lo que haces? Si tienes claro qué quieres lograr a largo plazo, es más fácil mantener la constancia incluso cuando no sientes esa chispa de energía. Visualiza tus metas, recuérdalas cuando te sientas sin ganas y deja que te guíen.

Otro truco útil es celebrar los pequeños logros. La disciplina no se trata solo de cumplir con grandes proyectos, también es acerca de esos pequeños pasos diarios que, acumulados, te llevan a la meta. Reconoce tu esfuerzo, incluso si es algo tan simple como completar una tarea difícil en un día complicado. Cada paso cuenta, y celebrar esos avances refuerza tu capacidad de mantenerte constante.

Y por último, sé amable contigo mismo. Habrá días en los que la energía no estará, y eso es parte del proceso. La disciplina no se trata de castigarte por no hacer todo perfecto, sino de reconocer que el progreso es lo que importa. Si un día no puedes hacer tanto como te gustaría, está bien. Lo importante es no detenerte por completo.

¿Te falta motivación, pero quieres aprender a ser constante?

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AUTOR – CONFERENCISTA DE FELICIDAD, BIENESTAR, CAMBIO Y CULTURA ORGANIZACIONAL, FUNDADOR DE ESCUELA PARA SER FELIZ